Pocas comunidades judías establecidas en Al-Andalus consiguieron tan destacada fama como Lucena, conocida como La Perla de Safarad, cuyo esplendor cultural se puede comparar al que alcanzaron los círculos literarios hispano-hebreos de Córdoba y Granada durante el Califato y los reinos de Taifas. Todos los cronistas judíos o musulmanes anteriores al Renacimiento europeo, califican a Lucena como “Ciudad de los Judíos” durante los siglos IX al XI.

 Los primeros datos documentales de Lucena datan de finales del s. IX y es, a partir de este siglo, cuando encontramos gran abundancia documental sobre la Alhama lucentina con información de carácter casi exclusivamente literario y poético. Lucena acogió entre sus muros la Academia de Estudios Talmúdicos, punto de reunión de grandes intelectuales, filósofos, poetas y médicos del momento. 

El célebre poeta Judá Levi,  y Abraham ibn Ezrá e incluso Maimónides, entre otros muchos poetas y rabinos vivieron en ella. Al final del Califato esta ciudad recibió una gran afluencia de hebreos huidos de Granada y Córdoba a lo largo del siglo XI, lo que coincidió con el despegue económico y cultural de la ciudad, valiéndole el calificativo de Perla de Sefarad.

Estas huellas del pasado se han visto reforzadas por el hallazgo de una lápida funeraria dedicada al Rabí Amicos, así como el descubrimiento reciente de una gran necrópolis hebrea durante las obras de construcción de la Ronda Sur de Lucena, en el Cerro Hacho. Se trata de un cementerio de ritual hebreo compuesto por más de 350 enterramientos, lo que lo convierte en uno de los mayores de España. Las pruebas de carbono 14 efectuadas a los restos han determinado la datación de los enterramientos entre los años 1000-1050. En este yacimiento arqueológico se ha hallado la primera lápida judía aparecida en Andalucía en una estructura funeraria, entre cuyas dimensiones (240x176x92 mm) se presentan siete líneas de lectura en hebreo clásico. La necrópolis demuestra la importancia que tuvo Lucena en este periodo de final del Califato e inicio del periodo Taifas como república independiente.

 

Lucena es denominada desde esa época “Alisana-al-yahud” (Lucena de los judíos), apelativo que da a entender la proporcionalmente destacada presencia de los judíos en esta ciudad. Éstos compartieron convivencia con un contingente de musulmanes y mozárabes, sin duda menor. La invasión almorávide primero, y la llegada de los almohades a Al-Andalus en el año 1148 significó el fin definitivo del esplendor de la Ciudad Judía de Lucena y la emigración de gran cantidad de judíos a los reinos cristianos del norte.

Hoy día son escasos los restos encontrados que testimonian la presencia y relevancia alcanzada por la ciudad  durante aquellos años. Junto a otras muchas suposiciones, se cree que la Sinagoga Mayor de Lucena ocupaba el lugar donde se alzaba un palacio renacentista en el número 4 de la  Calle Mesoncillo. Lucena conserva el recuerdo de lo que fuera el emporio cultural de los judíos de Al-Andalus, la Perla de Sefarad.

 

CONOCE LA PERLA DE SEFARAD